viernes, 13 de febrero de 2009

Y hablando de la crisis…

En esta ocasión voy a compartir con ustedes un ejemplo más de la crisis de nuestro país, la crisis económica que nos acecha cada vez mas fuerte, pero no lo haré desde una perspectiva en la cual vea la situación desde afuera y solo opine sobre ello, no, esta ves no es así, ya que esta vez les contaré algo sobre este problema viéndolo desde una perspectiva mucho más cercana, ¿y qué pueda ser mas cercana que una experiencia personal?, así es, lo que les contaré es simplemente un ejemplo de cómo ha influido en mí la crisis económica actual de México.

Mi papá es gerente de producción, gerente de personal y chef de un comedor industrial, es decir, de una empresa que se encarga de surtir alimento en grandes cantidades para los trabajadores de varias maquiladoras de la ciudad de Hermosillo, con las que la empresa en la que labora mi papá tiene contrato.

Hacía ya varios periodos vacacionales seguidos en los que este comedor industrial me daba la oportunidad de trabajar con ellos, así aprovechaba el tiempo en algo mientras no tenía que ir a la escuela, y además me ganaba un dinerito que no me caía pero para nada mal. Si bien es cierto, esto se daba bajo el apoyo y el consentimiento de mi papá, quién siempre usaba su jerarquía dentro de la empresa para acomodarme en algún puesto, el cual no era la gran cosa, ya que solo me daban trabajo como ayudante de cocina, o simplemente para apoyar en el servicio de las maquiladoras, en donde por cierto pase la mayor parte de mis horas laboradas. Yo me sentía muy bien en mi trabajo, y a pesar de que yo era el menor de todos mis compañeros, no dure mucho tiempo en hacer amistad con ellos, lo cual ayudo mucho para que me desempeñara bien en mis labores.

Esta oportunidad la tuve aproximadamente cinco veces, y ya se me había hecho una costumbre el trabajar en vacaciones, por lo que en este último periodo vacacional de Diciembre del 2008 nuevamente le pedí trabajo a mi papá, muy seguro de que la respuesta sería positiva, pero realmente me sorprendí al escuchar a mi papá decirme que está vez no me podía dar cupo en su empresa, por lo que de inmediato le pedí razones, a lo cual me respondió que simplemente no había trabajo porque las maquiladoras a las que les surten comida estaban despidiendo personal debido a bajos niveles de producción, es decir que estaban en quiebra.

Esta situación me causó una sensación de tristeza por no poder volver a trabajar, pero a la vez me puso a pensar seriamente en el asunto y me di cuenta de que esta es una huella más de la crisis económica del país. Los altos precios de la materia prima que manejan las grandes industrias combinados con los costos del dólar y la devaluación del peso, hacen que se genere toda una ola de despidos de empleados, y por ende, una disminución en los ingresos de las familias mexicanas, lo cual perjudica la calidad de vida de todas ellas.

Una manera sencilla de comprender cómo se da esta ola de despidos es la siguiente: las maquiladoras al no tener producción despiden a sus empleados y esto influye directamente en las empresas que están de alguna manera relacionan con ellas, y entre ellas está la empresa en la que laboraba yo, la cual también es ya presa de la crisis y ha llegado ya que incluso a llegado al grado de despedir parte de su personal, quienes en su momento fueron compañeros míos.

Escribo todo esto solo para ejemplificar el momento que vivimos basándome en mi propia experiencia, ya que creo que soy alguien que ha sido testigo de manera muy real y muy cruda del terrible momento en el cual estamos, y esto no es lo peor de todo, sino lo que viene.


Aportación de: Guillermo Tapia Romero
Estudiante de Ciencias de la Comunicación

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