viernes, 13 de febrero de 2009

Cómo no ser un catastrofista

Este me pareció un muy interesante tema que nos plantea Ana María Salazar, quien es especialista en temas de interés político. Ella en su escrito cuestiona el cómo mantener una actitud que no sea catastrófica respecto a la terrible situación que está viviendo el país y por consecuente todos sus ciudadanos.

Estamos viviendo en un momento muy difícil, rodeado de una crisis general que a todos nos afecta y por la cual muchísimas personas nos estamos viendo afectados, la economía va de mal en peor, y con ella se arrastran muchos otros problemas como el desempleo y la constante devaluación del peso.

Además del tema financiero, también vivimos con muchos otros problemas de enormes magnitudes, como la inseguridad, cada día que pasa vivimos junto con ella, se nos presenta en muchas formas y la tenemos muy cerca de nosotros, en pocas palabras vivimos inseguros, como ejemplo de ello son los asaltos, robos, secuestros y asesinatos, todo esto se presente de manera numerosa. Otro serio problema que acecha cada ves más al país es el narcotráfico, el cual está presente de una manera cada vez más dominante en la sociedad.


Pero, a pesar de todos estos serios, muy serios problemas que tiene el país, nuestro presidente, el señor Felipe Calderón Hinojosa, hizo una declaración dirigida al ciudadano mexicano en la cual señala “que no debemos de ser catastrofistas”, es ese el motivo de los comentarios de Ana María Salazar, cómo se atreve nuestro señor presidente a pedirnos que no nos preocupemos tanto por estas situaciones, como si insinuara que somos unos exagerados que maximizamos la situación actual, y como queriendo al mismo tiempo minimizar todo.

En mi opinión, lo que dijo este señor que tiene el puesto de presidente es algo que simplemente indigna leerlo, ya que en lugar de tratar el tema con el realismo y la seriedad adecuada poniéndose a trabajar en lo que debe para tratar de hacer algo por esta situación y rescatarnos de la enorme crisis que vivimos, él simplemente trata el tema como si fuera la mínima cosa, sin ninguna importancia, como si no fuera algo relevante.

Señor presidente, como un ciudadano mexicano le pido por favor, que si no se va a poner a trabajar para hacer un bien, por lo menos piense antes de hablar las ridiculeces que salen de su boca, quizá de esa manera nos haría un favor. Me declaro un mexicano molesto e indignado, pero sobre todo preocupado.



Por: Guillermo Tapia Romero
Estudiante de Ciencias de la Comunicación de la Universidad de Sonora

No hay comentarios:

Publicar un comentario